Cuando llega el frío, nos preocupamos de abrigarnos requetebien armados de calcetines, bufanda y gorro. ¿Pero qué pasa con las manos? Unos guantes a veces se quedan cortos para protegerlas como es debido. El frío no sólo enrojece y seca nuestra piel, también puede llegar a cuartearla. ¡Pero que no cunda el pánico! Hoy te daré unos cuantos consejillos, no sólo para cuidar tus manitas en invierno, sino para mimarlas y sacarles el máximo partido durante todo el año. ¡Pena te va a dar usar guantes por querer enseñarlas!
Obvio que tus manos están como los chorros del oro de limpias, no lo dudo. Pero has de saber que usando un jabón neutro y agua tibia (evita temperaturas extremas con toda tu piel), tus manos te aplaudirán de alegría. Este tipo de jabón respeta la dermis como ningún otro. Procura secar bien tus manos, sin olvidarte de los huequitos que hay entre los dedos.
Hidrata bien tus manos a diario (es importantísimo) y no te olvides de llevar siempre en el bolso un botecito de crema para manos. Son muy socorridos y ocupan muy poco.
Las manos también deben exfoliarse. No te machaques la mollera buscando un exfoliante de manos por el que probablemente te pretendan sacar un ojo de la cara. Te propongo que pongas un poco de tu crema hidratante habitual en un bol y le añadas una cucharadita de azúcar. Mézclalo bien y… ¡ahí tienes tu crema exfoliante de manos lista!
Procura guardar tus manos del frío. Intenta mantenerlas calientes con guantes y manoplas siempre que salgas de casa. Las rojeces, las grietas y las asperezas pueden evitarse si las abrigas a tiempo. ¡Y ni se te ocurra ponerte a jugar en la nieve con guantes permeables!
Las cutículas han de retirarse (con ayuda de un palito de naranjo) y cortarse (con un cortacutículas) con mucho cuidado, sin apurar demasiado para evitar heridas. Para ablandar las cutículas y que sea más fácil quitarlas, deja tus uñas en remojo de agua algo más caliente que templada durante unos minutos. ¡Verás qué fácil te resultará apartarlas!
Olvídate del cortauñas. En su lugar, utiliza una lima para moldear y reducir el tamaño de tus uñas a tu antojo. Te recomiendo que evites las limas de metal, ya que pueden lastimar la uña quebrándola o abriéndola en capas. Procura utilizar limas de grano fino o de cristal y deja las de metal para moldear tus uñas postizas de gel o porcelana.
Procura dar una forma concreta a tus uñas, no que crezcan libres y salvajes. Ya prefieras que sean ovaladas, cuadradas, redondeadas o almendradas, intenta limar y atender su forma. Antes de dar un esmalte, prepara tus uñas y protégelas con una base. Los días que no quieras utilizar un esmalte, cúbrelas con un endurecedor o laca de uñas transparente. Le dará un aspecto mucho más bonito y cuidado que si las llevas totalmente desnudas.
No es aconsejable que tus uñas permanezcan pintadas más de cuatro días. Dales un respiro de vez en cuando, te lo agradecerán. Cuando retires el esmalte de tus uñas, de hacerlo con un quitaesmalte con acetona puede que resulte demasiado agresivo si tienes las uñas delicadas. Prueba a hacerlo con uno sin acetona, será más costoso retirar la capa de esmalte, pero puede que dañe menos tus uñas. De tener que frotar demasiado para quitar la pintura, tampoco sería aconsejable. Intenta elegir la opción que más te convenga.
¡Ahora sólo queda que te pongas manos a la obra!
Espero que pongas en práctica estos consejos y que te sirvan de mucho, querida.
Las manos son un espejo de nosotras mismas, merece la pena cuidarlas.
Diario de una Pin Up frustrada