Y llegó enero, mes de rebajas, promesas y kilos de más por excelencia.
Para empezar el año con buen pie, el primer post de 2014 no podía ser otro que uno dedicado a buenos propósitos. He aquí las siete cosas que procuraré hacer (o seguir haciendo) durante los próximos doce meses y hasta que las buenas intenciones me lo permitan. Para ello, me he tomado la libertad de editar algunas fotos con mis siete mandamientos. Échales un vistazo, ¡quizás haya alguno que falte en tu lista!
Desordenada, desorganizada… Llamémoslo ‘x’. Lo cierto es que me cuesta mantener el orden y aunque me proponga acabar con el caos, siempre termino cayendo en sus redes una y otra vez… ¡Pero eso se acabó! 2014 será un año absolutamente organizado e impoluto.
Que cada minutillo no pase en balde. Disfrutemos del día al máximo y hagamos de cada experiencia un pequeño placer digno de saborear. Y si alguna naranja nos sale amarga… ¡doble de azúcar y listo!
Hace no mucho mis días empezaban a las cinco de la mañana…
¡Cualquiera lo diría! Estoy cogiéndole demasiado cariño a la franela y eso no es bueno. A partir de ahora procuraré retomar relaciones con el despertador (por mucho que me cueste).
2014 será un año para dejar la pereza aparcada con las desganas.
2014 será un año para ponerse las pilas (pero en serio de los en serios) e ir a por todas.
Preparar un tarro de cristal y rellenarlo de billetes. Y cuando esté a rebosar, contarlos y pensar en ese viaje requetemolón con Mr Buttercup que está por llegar. Eso será lo que haré. Mientras se va llenando, el pueblito de al lado como destino provisional no está tan mal.
Melchor, Gaspar y Baltasar dejaron una bicicleta preciosa en mi casa. ¡Con cestita y todo! Excusa de sobra para disfrutar de buenos paseos, llenarla de flores, hacer ejercicio y aprovechar esa gran ventaja de vivir en el campo.
Besar. Besar a mamá, a papá, al hermano, a los abuelos, al perro, al gato, a los amigos, al churri… ¡Llenar de besos el mundo! Y sentirse bien, sentirse afortunado, sentirse llenito de amor por dentro y querer darlo a todos los que nos rodean. Porque los besos no deberían ser solamente el “hola” y “adiós” de un encuentro cualquiera. Son mucho más que eso.
¿Qué os han parecido estas siete pildoritas? Cada año que empieza es una nueva oportunidad para renovarnos, emprender proyectos, proponernos nuevas metas… Una gran excusa para ser mejores personas. Aprovechémosla y saquémosle todo el jugo a este año.
¡Feliz 2014!
Diario de Una Pin Up Frustrada