Fueron muchos los “perros” que pasaron por la vida de Marilyn Monroe. Pero en estas líneas solamente hablaré del último que tuvo el placer de estar entre sus brazos: Maf. Este gracioso bichón maltés, cortesía del amigo Frank Sinatra, se convirtió en inseparable de nuestra rubia de oro durante los últimos meses de su vida, convirtiéndose en testigo directo de las últimas alegrías y penas de Marilyn. Ya sea por aclarar algunos puntos de la vida de su dueña o por dar algo de protagonismo a la suya, Maf (como tantos otros) ha querido sincerarse y contar sus vivencias con la estrella en un libro,
“Vida y opiniones del perro Maf y de su amiga Marilyn Monroe”,
transcrito por la mano (humana) de Andrew O’Hagen.
Recién divorciada de Arthur Miller y separada del que fue su perro, Hugo, Marilyn atravesaba una de las crisis más fuertes de su vida. Era tiempo de reinventarse, de viajar, de conocerse a sí misma. El bueno de Frankie vio buena idea en regalarle un nuevo compañero para animar a su “amiga”, y ahí es donde entra Maf en escena. Se encuentra con una Marilyn algo desquiciada por la vida y el champagne, a la que acompaña en fiestas, rodajes y en sus momentos más tristes.
Además de divagar buena parte del libro sobre filosofía y política (de manera excesiva para mi gusto), Maf también dedica algunas páginas a contar anécdotas que se conocen reales de la vida de Marilyn. Como por ejemplo cómo en el desastroso rodaje de Something’s Got to Give por fin coincidieron Marilyn y Tippy para rodar su escena juntos en uno de los días en los que ella si se presentó para trabajar.
Todo parecía indicar que aquel día de rodaje sería productivo pero, aunque Marilyn estaba dispuesta a hacer su parte, Tippy no estaba demasiado colaborador aquel día. Tenía que acudir a los brazos de su dueña, ladrando y meneando la cola, feliz de verla tras 5 años perdida en una isla. Pero una vez en sus manos, no soltaba ladrido alguno para desquicio de su entrenador y del director, a punto del suicidio. ¿Quién no se quedaría en blanco en el regazo de la mismísima Marilyn Monroe?
En definitiva, “Vida y opiniones del perro Maf y de su amiga Marilyn Monroe”, puede resultar un libro lo suficientemente ameno para aquellos que gustamos de Marilyn y de aquella década dorada, pero no lo bastante revelador como muchos esperaban. Juzguen ustedes mismos.
Diario de una Pin Up frustrada